Elon Musk afirmó recientemente que su chatbot con inteligencia artificial, Grok, podría ofrecer “asados vulgares épicos” lo suficientemente buenos para fiestas. Para verificar esto, se realizó una prueba utilizando el “Modo Desquiciado” de Grok en compañeros de trabajo en un entorno de oficina del mundo real. Los resultados resultaron decepcionantes; La IA generó insultos genéricos y repetitivos en lugar de golpes ingeniosos o creativos.
La afirmación de Musk y el experimento
Musk, en una conversación con Joe Rogan, describió con entusiasmo la capacidad de Grok para desatar una vulgaridad extrema, sugiriendo que sería un éxito garantizado en las reuniones sociales. Para probar esto, el autor le ordenó a Grok que asara a tres colegas, alentando a la IA a usar “palabras prohibidas”. La expectativa era que el chatbot produjera insultos cortantes y personalizados, pero en cambio produjo variaciones de los mismos chistes cansados: referencias a ropa de tiendas de segunda mano, pantalones de pana (incluso cuando no se usan) y malas elecciones de moda.
Los resultados: insulsos y poco originales
Los ataques de la IA incluían llamar “vello púbico” al flequillo de alguien, describir a otro como un “hipster vestido de tweed que arruinó una audición de leñador” y, en general, recurrir a insultos de segundo año. El experimento rápidamente se volvió tedioso, sin comentarios realmente divertidos o reveladores. Un compañero de trabajo notó que Grok parecía limitado a “tres bits, no importa lo que lleves puesto”. El chatbot incluso cometió errores, como asar a alguien por usar pana cuando no lo era.
Por qué Grok falla en el humor
La cuestión central es que los tuestes efectivos requieren comprender el contexto, la personalidad y dar golpes inesperados pero relevantes. Un modelo de lenguaje grande, incluso uno diseñado para ser “desquiciado”, lucha con este matiz. La producción de Grok fue predecible y carecía de la astucia de un verdadero comediante. La autocorrección del autor incluso cambió “Grok roast” por “Grim roast”, una descripción adecuada de los resultados.
El punto más amplio: el dinero no puede comprar el ingenio
La prueba subraya que la riqueza y la tecnología no pueden reemplazar el humor genuino. La obsesión de Musk por ser percibido como divertido, combinada con su creencia en el potencial cómico de Grok, finalmente fracasó. Como señaló un compañero de trabajo, los insultos repetitivos de la IA podrían deberse a que “todos somos periodistas de cierta generación”. Incluso el propio Musk fue objeto de burlas en X por promover la idea, y los usuarios amenazaron sarcásticamente con asarlo a cambio.
En última instancia, el experimento demuestra que, si bien Grok puede generar lenguaje vulgar, no puede replicar el arte de un asado bien hecho. El resultado del chatbot es predecible, insulso y está lejos de la experiencia “épica” que prometió Musk.
